Alirio Palacios (Tucupita, estado Delta amacuro, 1944). Pintor venezolano. |
Los brujos del yermo se escondían a
pasar los meses de la nieve en los senos del monte. Un rústico los sorprendió
en el curso de un sopor y murió de extinguir con su aliento una lámpara de
ónix, sobre una mesa de piedra, en la galería falaz.
Su hija, atenta a los signos de la lluvia, retiene en torno de sí los
hermanos menores y los persuade con la
amenaza del temporal. Interrumpe la urdimbre de un tejido, solaz de la espera,
e imagina el caso de su progenitor. Distingue el acto imprudente y las
consecuencias del humo funesto.
Las almas de los brujos insensibles recorren el vecindario en forma de
gnomos y las preside Lucifer, vestido de gris.
La hija del rústico demanda el auxilio sobrenatural y lo retribuye de
antemano, arrojando por la ventana y al espacio libre un ratón, presente de los
supersticiosos a Lucifer.
Los hijos del rústico pierden el sentido al descubrir en su ventana,
poco después, el semblante de un oso crepuscular.
De: El cielo de esmalte (1929)
José Antonio Ramos Sucre
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